Cuantas veces, hemos estado en locales, bares, que te recuerdan a otros, y realmente no tienen ninguna relación entre si? Bares, restaurante, han cambiado sus antiguas lamparas incandescentes a lamparas de bajo consumo o LED con una temperatura de color inadecuada.

La temperatura de color

La temperatura de color o técnicamente llamada «Grados Kelvin» es la tonalidad de color de una fuente luminosa. Un mal uso de esta tonalidad puede incluso influir en tu estado de animo.
La temperatura color influye de manera considerablemente en los espacios de una vivienda. Como norma general, los colores cálidos con temperaturas entre 2300 y 3200k sugieren espacios más íntimos y confortables, adecuados para un restaurante o bar, salones de una vivienda o una habitación.

A medida que la luz se hace más fría, entre 4000 y 5000K se utilizarán en sitios que se suponen de más actividad. Un tono de luz neutra (4000k) es apropiado para espacios como oficinas, peluquerías, etc y los tonos incluso más fríos (entre 5500 y 6000k) se asocian a sitios de gran actividad como en estaciones de metro y zonas donde se quiere mostrar pulcritud como hospitales o centros sanitarios.

Temperatura de color

 

 

 

 

 

 

 

 

 

La temperatura de color no solo desempeña una función estética, desde el punto de vista fisiológico nuestro organismo suele actuar sobre la tonalidad de la luz con el ciclo del día.  Los colores cálidos los relaciona a horas de descanso, como los que tenemos en el cielo durante el amanecer y el atardecer,  y los colores más fríos nuestro cuerpo lo asocia a horas de mucha actividad como en la mitad del día. Existen fabricantes que han desarrollado luminarias especiales que permiten adaptar la luz de un ambiente o habitación a  simulares condiciones externas de luz en espacios cerrados para que no se vea  afectado el ciclo circadiano (nombre que reciben este tipo de cambios sufridos por el organismo durante el ciclo diario, y en el cual el aporte de luz natural es uno de los factores determinantes.)

La temperatura de color es otro de los factores fundamentales que se debe de tomar en cuenta a la hora de realizar cualquier cambio de lámparas en cualquier espacio.  Una temperatura de color inadecuada podría afectar directamente a nuestra calidad de vida y a nuestro estado de ánimo.

Una habitación con iluminación muy fría puede repercutir en un usuario cansado o con imposibilidad de descansar adecuadamente.  Por el contrario, si la luz es muy cálida el usuario puede estar en una somnolencia constante.